Otra noche que quiero dejar de pensar, quisiera poder con las paredes hablar, para así con ellas charlar y que con más que silencio me pudieran contestar, mi mente es un barco sin timonel, que intenta encontrar rumbo en el papel, entre letras, puntos y comas se hunde, y juntándolas mi obra se funde, creándose una vana explicación de lo que es pura especulación, un cuento sin moraleja, otro mal sueño que me aqueja.
Armas infundiendo violencia, guerras biológicas gracias a la ciencia, actitudes que aumentan mi paranoia, la ignorancia equivalente a falacia, ¿donde quedo la ética?, ¿rendida en una distorsión excéntrica?, ¿en los colores de una persona daltónica? Jamás pensé que esto ocurriría, me avisan y me lo pensaría, saber que el futuro se nubla, con esta densa niebla, puede que esto me mande al olvido, lo prefiero a ver un rostro fingido, los malos pensamientos que me invaden, las malas intenciones no ceden, me pregunto ¿qué sucede?
Con mis problemas suelo convivir, y los de otros llego a incluir, pero es que al fuego me gusta seducir y así por largo tiempo he logrado subsistir, mi telaraña he logrado construir, de hilo en hilo la pude unir, y con ella por años sobrevivir, pero comienzo a rozar el punto de colapso, la espera fue un largo lapso, y ahora se deslumbra su final a lo lejos, mis ojos ya no están rojos, sé que todo va a estar bien, me pregunto ¿qué? Y ¿quién?, estarán bien estructuradas mis preguntas, argumentos en formas hipotéticas, el ultimo día del año, el nuevo ciclo con poco diseño, el tiempo que no tiene dueño...
Mi fantasía es un niño pequeño que no quiere crecer, para a los demás no tenerse que parecer, y yo solo soy un inadaptado viviendo en otro mundo, noches enteras sin dormir meditando acerca de mi existir, las paredes que siguen como testigos, mis ojos por el cansancio adormecidos, el sol que alumbro pero se olvido de traer consigo al calor, esta mañana tiene un frío arrollador, duro como el hielo
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